Me llamo Marcos Gois y soy el fundador, dueño y jefe de cocina de Fat Ramen.

Me llamo Macros Gois y soy el fundador, dueño y jefe de cocina de Fat Ramen. A mis 28 años, cuento con más de 10 años de experiencia en el sector gastronómico.
Tras pasar varios años en el servicio militar obligatorio de Finlandia y viajando, volví a Finlandia y entre en el centro internacional Perho Culinary Institute. Ahí completé un curso intensivo de restauración y cáterin que duró 2 años. Hice medio año de prácticas en un restaurante de tres estrellas Michelin en Italia llamado Piazza Duomo, donde conseguí aprender mucho y experimentar en primera persona cómo funciona un restaurante de semejante calidad. Mientras estuve acumulando experiencia en otros restaurantes, me debatía entre si abrir mi propio restaurante o seguir trabajando de esta manera.

Fue entonces en 2014 cuando mi socio, Otto, y yo nos adentramos en el mundo del ramen, probando diferentes tipos en varios países distintos. Un año después decidimos abrir Fat Ramen en Helsinki, donde fue todo un éxito. Hoy en día tenemos varios restaurantes por todo el país.
PREGUNTA
¿Hubo algún motivo por el cual decidisteis comprar una máquina para crear fideos japoneses?
RESPUESTA
Antes de abrir Fat Ramen, no tuve ninguna preparación en cuanto a cómo elaborar ramen. Todo lo que había aprendido fue cocina al estilo europeo y tradicional.
Comenzamos con las recetas que obtuvimos de tonkotsu, dashi y nuestra sopa vegana. Nos faltaba algo. Entonces nos dimos cuenta de que necesitábamos mejorar nuestros fideos. Así que optamos por comprar una máquina que nos ayudaría con la producción y calidad de los fideos que tanto estábamos buscando.
PREGUNTA
¿Cómo fue vuestro primer contacto con Yamato?
RESPUESTA
Fue bastante satisfactorio, se preocupan mucho por sus clientes y sus negocios.
En una ocasión se pusieron en contacto con nosotros a través de un correo electrónico preguntándonos si estaríamos dispuestos a invertir en una máquina para pelar huevos duros (GOLDEN EGG). Aunque fue poco convencional, pensaron en que nos haría falta dicha máquina para nuestro restaurante, y se agradece que piensen en nosotros.
Todo lo que está escrito en sus páginas web es totalmente cierto. Se preocupan por su cliente, su servicio de atención al cliente es muy bueno, y en cuanto a garantía y funcionalidad de las máquinas es muy notable
PREGUNTA
En vuestra página web, hay una sección titulada “Noddle Factory”. ¿Tiene algo que ver con la maquina adquirida y Fat Ramen?
RESPUESTA
Nuestro primer restaurante tiene un espacio bastante limitado, por lo que tenemos una fábrica equipada con máquinas e ingredientes necesarios para la producción y distribución de fideos y sopas por todos nuestros restaurantes.
Además, algunos clientes nos compran directamente los fideos que elaboramos.
PREGUNTA
¿Cualquier persona puede comprar vuestros fideos?
RESPUESTA
Si, también tenemos un mercado al por menor del cual recibimos también un ingreso extra.

PREGUNTA
En vuestras redes sociales hemos podido ver que promocionáis un menú para llevar, especialmente en mitad de esta pandemia (COVID-19). ¿Puedes contarnos sobre las ideas que habéis usado y como lidiáis con esta situación?

RESPUESTA
Ha sido un año muy difícil para todos.
A principios del 2020, estábamos pensando en empezar nuestro plan “Dark kitchen”, el cual iba a consistir en centrarnos en los menús Take Out. Estuvimos dos meses estudiando como empaquetar y preparar el ramen para llevar. Ya en marzo de 2020 fue cuando el COVID-19 empezó a causar estragos en toda Europa y el mundo entero. El gobierno empezó a imponer varias leyes para que se cerraran los comercios entre otras restricciones. Ciertamente fue una coincidencia, pero para ese entonces ya estábamos casi preparados para empezar nuestro Take Out.
PREGUNTA
¿Qué opinas de RICHMEN, la máquina que habéis comprado?
RESPUESTA
Hemos estado usando “Richmen” por más de tres años y desde entonces, hemos ahorrado muchísimo tiempo y dinero. Donde ves más claro el ahorro de los costes es cuando usas la máquina y te percatas de que no has desaprovechado nada. Deberíamos haber comprado la máquina en el momento en el que abrimos Fat Ramen, ya que es fácil de usar nos habríamos ahorrado mucho más tiempo y dinero.
